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12 Qué hacer y qué no hacer para un exitoso gimnasios en santa catarina

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Como es sabido, el gran beneficio del ciclismo es que al ser un deporte sin golpes, las heridas son mucho menos frecuentes que en otros deportes. Si dejamos de lado las lesiones originadas por las caídas, los dolores o lesiones que se producen dentro del ciclismo son de las denominadas por sobreuso, o sea, por la repetición de un gesto que no se encuentra bien desarrollado. Si algún ajuste entre el ciclista y la bicicleta no se encuentra bien acomodado, lo normal es que luego de unos cuantos miles de pedaladas el cuerpo no sea capaz de tolerar esa pequeña tensión y entonces surjan las molestias o las lesiones.

Ciertos ciclistas solamente asumen que sus molestias son algo habitual, que todos los tiene y que simplemente se tienen que acondicionar. Nada menos cierto.

Casi todos los problemas que surgen, se basan en que la bici tiene una estructura simétrica, en tanto que el ciclista normalmente no. Se sabe que inclusive el cerebro no es simétrico, porque el hemisferio derecho se encarga de un tipo de tareas y el izquierdo de otras. Cuando vemos a un ciclista en la bici, en un principio podría parecer simétrico. No obstante cuando lo estudiamos a detalle, enseguida observamos que en la mayoría de los casos hay diferencias en un lado y otro. Por este razón, lo más lógico es que los dolores surjan. De esta forma, cuanto más simétrico sea el ciclista menos posibilidades tendrá de pasar algún tipo de molestia.

LA RODILLA

Gran parte de los problemas del ciclismo son precisamente los dolores en la rodilla. Curiosamente, el origen de la mayor parte de los dolores de rodilla no surjen en la rodilla sino en las articulaciones adyacentes: tobillo o cadera. Se sabe que , tanto la cadera como el tobillo disponen de un rango de movimiento bastante extenso. Sin embargo, el grado de movimiento de la rodilla es mucho más limitado: flexión, extensión y muy poca rotación. Por esta razón , si las articulaciones adyacentes no trabajan a la perfección suele ser la rodilla quien lo sufra al final, porque es la que está en medio.

Hay diferentes tipos de dolores en la rodilla:

Dolor por detrás de la rodilla. Lo más frecuente es que el sillín esté muy alto, demasiado retrasado o ambas cosas, esto quiere decir que, la extensión de la pierna es excesiva.

Dolor en la cara externa de la rodilla. Suele producirse si el sillín está muy alto y/o retrasado.

Dolor en la cara anterior de la rodilla. Este es el malestar más habitual en los ciclistas. Generalmente se encuentra asociado a sillines muy bajos y/o adelantados así como a calas demasiado adelantadas en la zapatilla.

Dolor en la cara interna de la rodilla. Suele ocurrir cuando el sillín se encuentra muy bajo o cuando la cala está mal posicionada y no permite a el ciclista tener los pies paralelos a la biela.

LA ZONA LUMBAR

Después de la rodilla, la zona lumbar es la 2da afección más común entre los ciclistas. Las causas de estos dolores pueden ser de origen bastante variado. No cabe duda que la postura del ciclista es el factor que más logra intervenir a la hora de soportar problemas en la zona baja de la espalda. Las siguientes situaciones suelen provocar que la musculatura de esa parte del cuerpo trabaje en exceso: sillín muy alto, sillín demasiado retrasado, manillar muy lejos del sillín, manillar demasiado bajo o manillar muy alto. Como se ha explicado anteriormente, cualquier tipo de asimetría puede desencadenar la llegada de dolores lumbares al haber más peso en uno u otro lado, por lo que en estos casos lo apropiado es tratar de resolver o igualar la asimetría existente. En muchos casos, aunque la posición sobre la bicicleta sea la adecuada y no existan asimetrías el origen del dolor se puede deber a un desequilibrio muscular, originado principalmente por una fragilidad de la musculatura responsable de estabilizar y mantener tanto la pelvis como la columna vertebral.

EL CUELLO, LA ZONA DORSAL Y LAS MANOS

Hay ciertas situaciones que generan dificultades en alguno de estos 3 sitios: las manos, el cuello o la zona dorsal. Frecuentemente, el causa es similar. Cuando el molestia es solamente en un lado, normalmente es debido a una desigualdad en la cadera. No obstante, esto puede optimizar cambiando la postura del ciclista con el objetivo de relajar los músculos. Cuando esta tipo de molestias es similar en los 2 lados, por consiguiente tenemos que pensar que se trata de un problema de regulación de la bici. El cuestión suele ser que la manos estén aguantando más peso del debido, o sea, están tensionadas todo el tiempo.

Para resolver este problema aveces es efectivo retrasar el sillín, puesto que de esta manera, retrasamos el centro gravedad. Cuando las molestias se encuentran en el cuello o los trapecios generalmente el problema es que el manillar está muy bajo o muy lejos del sillín. Esto provoca una situación forzada para la musculatura de la zona, que luego de 2 o 3 horas de “soportar” la posición se fatiga y aparecen los dolores. Es esencial encontrar una posición en la que los hombros se encuentren descansados y bajos.

Los dolores así como el adormecimiento de los pies igualmente es una clásica molestia en muchísimos ciclistas. Generalmente, es un problema relacionado con un exceso de presión, es decir, la zapatilla es demasiado estrecha o muy corta para el pie del ciclista. Inclusive, en ciertos casos el problema es que hay ciclistas que se ajustan en exceso las zapatillas. El exceso de presión puede afectar tanto a nivel nervioso como vascular y por lo tanto es una causa de dolor o adormecimiento. Una vez la zapatilla es la apropiada, la colocación de la cala es un elemento con una gran influencia en el confort de los pies.

La remedio más simple normalmente es retrasar la cala para no forzar abiertamente esa área. Generalmente, el remedio es conseguir un mayor apoyo del arco plantar con la idea de repartir la presión de manera mucho más homogénea a lo largo de toda la planta del pie.

El asiento de la bici es, en muchas ocasiones, una fuente de dificultades. Lo interesante es que en numerosos ocasiones el origen del problema o del dolor no es el sillín en sí, sino la posición del ciclista en él. El objetivo principal es conseguir que la mayor parte del peso que apoyamos sobre el asiento recaiga en los isquiones, es decir, los huesos de la pelvis. Cuando esto no pasa, la mayor parte de la presión se dirige a el zona del perineo, con los inconvenientes que esto conlleva: dolor y/o entumecimiento. Esta situación puede surgir de distintas formas. Una muy frecuente es utilizar sillines demasiado reducidos o con mucha caída, es decir, muy curvos. En estos casos , los isquiones no llegan a tener mucho apoyo y suele pasar lo que acabamos de comentar. En otros casos el problema se encuentra en la posición del manillar. Si se encuentra muy abajo con relación al sillín va a provocar un exceso de arqueamiento del tronco al igual que un incremento de la presión en el área del perineo. Los sillines denominados antiprostáticos pueden aportar cierto grado de confort en el área del perineo, aunque tampoco se tiene que ignorar que provocan mucho más presión en las zonas de apoyo.

raseis4rn0

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on Jan 11, 20