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Donde y como comprar jilgueros en España - Articulo numero: 3859

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El pajaro Jilguero presenta una longitud de once-13,5 cm, una extensión de veintiuno-veinticinco con cinco cm, un peso de catorce-diecinueve g y una longevidad de siete a diez años (en cautividad) El pajaro jilguero europeo presenta una cabeza tricolor con máscara facial roja y alas negras con franja amarilla.

El plumaje de un pajaro jilguero adulto se caracteriza por una cabeza muy distintiva y conspicua, con aspecto tricolor, máscara facial roja, y dibujo cefálico blanco y negro. El pico es típico y amoldado a su nutrición. Cónico, esbelto, afilado, de color pálido. Por otra parte, el cuerpo en la parte anterior es blanquecino, bordeado de ocre, mientras que la parte trasera marronácea.

El ala muy propia y conspicua, tanto con el ave posada, como en vuelo. Negra, con ancha franja alar amarilla; máculas blancas en la punta de las rémiges de tamaño variable, en función del desgaste. La cola es negra, escotada, presentando rectrices con puntas blancas.

El plumaje juvenil presentan alas idénticas a los adultos, una cabeza y cuerpo gris pardo uniforme y moteado. Adquiere el habitual dibujo cefálico tricolor tras la primera muda parcial en otoño. Existen también plumajes intermedios, los cuales son indistinguibles del adulto salvo con el ave en mano, en tal caso, dependiendo de la temporada y el ciclo de muda, se aprecia por rémiges, cobertoras alares y rectrices.

El macho y la hembra del jilguero son muy parecidos, apenas existe dimorfismo sexual. Con el ave en la mano, o en condiciones de observación muy convenientes, el macho presenta mayor cantidad de rojo en la cara, y plumillas nasales generalmente más oscuras. La alteración estacional es inexistente, sin embargo, el desgaste progresivo del plumaje, reduce (e inclusive elimina) las puntas blancas de rémiges y rectrices, recuperándolas tras la muda completa postnupcial.

Debido a su cabeza tricolor, y a su conspicua coloración alar, resulta inconfundible con otras especies. Los ejemplares juveniles pueden inducir a determinada confusión con hembras y también inmaduros de otros fringílidos marronáceos, pero solo en el caso de que la observación no incluya el ala.

Los ciclos de muda en juveniles es parcial a lo largo del verano, mientras que en adultos la muda es completa asimismo a lo largo del verano.

El jilguero europeo se distribuye a lo largo del paleártico occidental. Suele habitar lindes de bosques, sotos, campiñas, zonas agrícolas, parques, jardines, huertos, frutaledas y, normalmente cualquier zona herbácea, especialmente si existe abundancia de cardos (comestible predilecto de la especie); la clave es presencia mínima de arbolado. Cría sin dificultades en pueblos y urbes.

Muestra predilección por entornos calurosos, siendo menos frecuente observarlo a medida que aumenta la altitud. Ha sido citado en los Alpes suizos a dos mil cuatrocientos m s. n. m.; en los Pirineos catalanes a dos mil m s. n. m., y en Sierra Nevada a 1850 m s. n. m..

Su predilección por las plantas ruderales, singularmente cardos y centaureas, explica las altas abundancias de jilgueros en vegas y olivares, hábitats que aportan árboles para emplazar el nido, y terrenos despejados donde buscar semillas.

En migración resulta omnipresente. En invierno asimismo frecuenta eriales y otras zonas abiertas aunque no estén arboladas.

Por norma general acostumbran a criar un par de veces durante un año. La primera puesta comienza a mediados de marzo o bien principio de abril. La segunda puesta se realiza después de la primera. Raramente se generan 3 puestas.

La puesta consta de 5 o 6 huevos de color blanco con finas motas rojizas. La incubación dura entre 12 y 13 días, periodo en el que con frecuencia el macho nutre a su pareja en el nido. El nido, construido prácticamente únicamente por la hembra, tiene forma de copa y se instala en las horquillas de las ramas más altas de ciertos árboles o arbustos.

Los polluelos, que son nidícolas, abandonan el nido y se independizan de los progenitores a los quince días más o menos, alcanzan el plumaje terminante tras la muda otoñal.

El jilguero europeo se comporta como parcialmente migrador. Las poblaciones norteñas migran al sur; los cuarteles de invierno se sitúan en la zona mediterránea. Las poblaciones meridionales pueden ser sedentarias, errantes, e inclusive migradoras hacia el norte de África. La migración es diurna, en conjuntos más o menos numerosos. El paso migratorio es prolongado; el grueso de la migración otoñal se genera entre septiembre y noviembre; el de la primavera se genera entre febrero y mayo.

En regiones como España se considera un migrador parcial, recibiendo invernantes procedentes de Centroeuropa; el paso otoñal se genera sobre todo en octubre y noviembre, y la vuelta transcurre entre marzo y mayo.

Los individuos ibéricos semejan abandonar mayoritariamente muchas de sus localidades de cría para desplazarse al norte de África, dando lugar a una increíble concentración otoñal en el estrecho de Gibraltar, donde resulta ser el fringílido más rebosante en migración al unirse con migradores más norteños; en este sentido se han convocado altísimas densidades al sur de Cádiz del orden de 65 aves por cada diez hectáreas.

Genéticamente se ha definido la especie parental existente del jilguero común (Carduelis carduelis). Es el Carduelis citrinella el que probablemente dio sitio a estos jilgueros comunes eurasiáticos en las islas del Mediterráneo, en la llamada Crisis Mesiniense, cuando el mar Mediterráneo se hallaba prácticamente seco y era un conjunto de charcos salinos de mayor o bien menor profundidad.

Las aves son animales vertebrados, de sangre caliente, que pasean, saltan o bien se sostienen solo sobre las extremidades siguientes, al paso que las extremidades precedentes han evolucionado hasta transformarse en alas que, de la misma manera que otras muchas peculiaridades anatómicas únicas, les permiten, en la mayor parte de los casos, volar, aunque no todas y cada una vuelan. Tienen el cuerpo cubierto de plumas y, las aves sensu stricto, un pico córneo sin dientes. Para reproducirse ponen huevos que incuban hasta su eclosión.

Su conjunto taxonómico se denomina clase Aves (la palabra es latina y está en plural, en singular sería avis)4​ para la sistemática tradicional, mas en la sistemática filogenética actual este clado no tiene rango, y es incluido a su vez consecutivamente en los clados: Theropoda, Dinosauria, Archosauria, Sauropsida, Tetrapoda, etc., aunque hay más anidamientos intermedios con denominación.

Las aves se produjeron desde dinosaurios carnívoros bípedos del Jurásico, hace entre ciento cincuenta y doscientos millones de años y, en verdad, son los únicos dinosaurios que subsistieron a la extinción masiva producida al final del Mesozoico. Por ende, la sangre caliente, que es la característica más notable que comparten con los mamíferos, es un resultado de evolución concurrente, puesto que no hay un ancestro común a los dos conjuntos que tuviese este rasgo. Su evolución dio lugar, tras una fuerte radiación, a las más de diez mil especies actuales ​(más ciento cincuenta y tres extintas en tiempos históricos).​ Las aves son los tetrápodos más diversos; no obstante, tienen una gran homogeneidad morfológica en comparación con los mamíferos. Las relaciones de parentesco de las familias de aves no siempre y en todo momento pueden definirse por morfología, mas con el análisis de ADN empezaron a dilucidarse.

Las aves habitan en todos los biomas terrestres y asimismo en todos los océanos. El tamaño puede ser desde seis con cuatro cm en el colibrí zunzuncito hasta dos con setenta y cuatro metros en el avestruz. Los comportamientos son diferentes y notables, como en la anidación, la nutrición de las crías, las migraciones, el apareamiento y la tendencia a la asociación en conjuntos. La comunicación entre las aves es variable y puede implicar señales visuales, llamadas y cantos. Algunas emiten gran diversidad de sonidos, y se destacan por su inteligencia y por la capacidad de transmisión cultural de conocimientos a nuevas generaciones.

El ser humano ha tenido una intensa relación con las aves. En la economía humana las aves de corral y las cinegéticas son fuentes de alimento. Las canoras y los loros son populares como mascotas. Se emplea el plumón de patos y gansos familiares para rellenar almohadas, y ya antes se cazaban muchas aves para ornamentar sombreros con sus plumas. El guano de las aves se usa en la fertilización de suelos. Algunas aves son veneradas o bien repudiadas por motivos religiosos, supercherías o bien por prejuicios errados. Muchas son símbolos culturales y referencia frecuente para el arte. En los últimos quinientos años se han extinguido más de ciento cincuenta especies a consecuencia de actividades humanas, y, en la actualidad, son más de mil doscientas las especies de aves amenazadas que necesitan esfuerzos para su conservación.

Los loros se caracterizan por tener un pico curvado, con una quijada inferior con determinada movilidad en su conexión con el cráneo y situada en una posición bastante vertical. Además tienen una enorme capacidad craneal y son uno de los grupos de aves más inteligentes. Son aves que vuelan bien y son capaces de sujetarse a las ramas de los árboles y trepar por ellas con destreza, merced a sus garras prensiles zigodáctilas (con dos dedos hacia delante y dos hacia atrás).

Otra característica de los papagayos es la intensa coloración de su plumaje. El color predominante del plumaje de los agapornis personata loros es el verde, si bien la mayor parte de las especies tienen además de esto algo de colorado, azul, amarillo y otros colores en distintas cantidades. La coloración de las plumas de los loros se debe tanto a los pigmentos como a estructuras singulares de sus plumas, como la textura de Dyck, que dispersan la luz originando la aparición de colores como el azul (componente fundamental del verde). Se distinguen de sus familiares las cacatúas en que carecen de sus propios penachos eréctiles en la cabeza. También difieren de ellas en las tonalidades del plumaje, las cacatúas son predominantemente blancas o negras, y si bien asimismo pueden presentan colores rosados, colorados, amarillos o anaranjados, las cacatúas carecen por completo de los tonos verdes y azules en sus plumajes.

La mayor parte de los loros habituales se nutren primordialmente de semillas. Hay algunas variaciones individuales entre especies que además incluyen en su dieta frutos, hojas, insectos y otras pequeñas presas ocasionalmente. Los loris son predominantemente nectarívoros, si bien otras especies también consumen néctar esporádicamente.

Los miembros de Psittacoidea son especies predominantemente monógamas que suelen anidar en cavidades, tanto de los árboles como en túneles escavados en terraplenes.

Ciertas especies pueden imitar gran diversidad de sonidos, incluida la voz humana, aunque no tienen cuerdas vocales sino que utilizan un órgano situado en la base de la tráquea conocido como siringe.

El periquito mide cerca de 18 cm de la cabeza a la punta de la cola, y pesa alrededor de treinta y cinco g. La variedad silvestre tiene las partes inferiores de color verde claro plano, con la cabeza amarilla con un propio listado negro en su parte trasera, de la misma manera que el resto de las partes superiores del cuerpo y alas, aunque con fondo verde amarillento. En cambio su garganta y frente son de color amarillo plano, con una pequeña mancha morada en la mejilla y 3 manchas negras enmarcando cada lateral de base de la garganta. Su cola es de color cobalto con máculas amarillas en el centro de las plumas laterales. Las plumas de vuelo de las alas son negras y verdosas, y sus coberteras negras con bordes amarillos, y tienen máculas amarillas en el centro que solo se ven cuando despliegan las alas. Posee el pico muy curvado hacia abajo de color gris verdoso, y patas grises azuladas zigodáctilas, con dos dedos hacia delante y 2 cara atrás, que les facilita escalar por los árboles y alimentarse de semillas.

Los periquitos silvestres en su hábitat natural de Australia son notablemente más pequeños que los que se hallan en cautividad. Además de esto los criadores de esta especie han conseguido multitud de colores y capas de periquitos (ejemplos: azul, gris, gris-azul, pios, violeta, blanco, amarillo, amarillo-azul) aunque la mayor parte de los que se hallan en las tiendas de mascotas son azules, verdes y amarillos. Como en la mayor parte de especies de papagayos el plumaje del periquito es fluorescente bajo la luz ultravioleta. Este fenómeno posiblemente está relacionado con el cortejo y la selección de pareja.​ Como muchas aves los periquitos tienen visión tetracromática, si bien a fin de que funcionen las cuatro clases de conos simultáneamente se necesita la presencia de todo el espectro de la luz solar.​ El fantasma ultravioleta hace relucir sus plumas, lo que ayuda a captar las parejas. Las manchas de su garganta reflejan la luz ultravioleta y podrían usarse para distinguir individualmente a cada periquito.

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